Un día fui a la casa de una amiga que me había
llamado para darme un libro que le regaló su prima. Según ella, era un libro
precioso, divertidísimo, el mejor que había leído en toda su vida.
Llegué a su
casa, ella me esperaba en el salón, sentada en un sillón grande, rojo, con unos
cojines blancos.
Trajo algo para comer, estuvimos jugando y hablando;
me dio el libro. Era un libro no muy gordo, parecía viejo, le di las gracias por
el libro y me fui a mi casa.
Era casi de noche, me puse a leerlo, mi amiga tenía
razón ese libro era espectacular. Cuando empecé a leerlo no podía parar. Aquel
libro trataba de tres amigas que iban a buscar un tesoro que supuestamente tenía
mucho valor. Cuando lo encontraron descubrieron que eran unos simples zapatos,
nadie los quería porque eran feísimos.
La más pequeña, Carolina, quiso
llevárselo a su casa. Pasaron los días y no sabía para qué servían, hasta que
un día se los puso, y cuando miraba a la gente le podía leer el pensamiento.
¡Esos zapatos eran mágicos! Con ellos se divirtió
mucho. Como era una niña muy buena no hizo travesuras…
Pero... ¿qué harías tú en su
lugar?
Ana Milena 5º A
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