Erase una vez unos
niños que vivían lejos de su familia.
Quedaba poco para Navidad, todos los días pensaban estar con
su familia. Sus padres se habían quedado sin trabajo y la situación económica
en su casa era muy difícil, algunos días apenas le llegaba para comer.
Entonces tuvieron una buena idea, no le dijeron nada a sus
padres y escribieron una carta a los Reyes Magos, era una carta especial, una
carta donde no se pedían juguetes, ni juegos electrónicos, ni bicicletas... pedían
sobre todo que a sus padres encontraran
trabajo y volver a ver a su familia aunque pocos días. Acompañados de sus
padres fueron a entregar la carta a sus majestades los Reyes Magos, que estaban en un centro comercial
cerca de su casa. Al fin llegó la noche de Reyes, ellos se acostaron pronto.
Cuando se levantaron había un par de juguetes debajo del
árbol, pero eso no era lo que ellos habían pedido, cuando pasaron unas horas sonó
el teléfono, era para un trabajo para su padre, después sonó el timbre de la puerta
y eran sus abuelas, echándoles de menos habían viajado para verlos. Al final
habían hecho sus sueños realidad los Reyes Magos.
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