lunes, 22 de abril de 2013

El cumpleaños de Carla.


Un día muy soleado Carla, una niñita de cinco años, se levantó muy alegre. ¡Era su cumpleaños! Era un día muy especial  y esperaba alguna sorpresa.

Pasó la mañana y nadie le dijo nada, parecía que hasta su madre se había olvidado de qué día era. Carla se puso triste.

Al salir del colegio sus padres no estaban y se fue con su vecina. Cuando llegó a su casa, triste y desilusionada, se encontró a toda su familia y a sus mejores amigos que le habían preparado una fiesta sorpresa. Carla se divirtió muchísimo en la fiesta, recibió muchos regalos, cantó, bailó…

Para terminar la fiesta su abuela le llevó su tarta preferida que ella misma hizo para su nieta. Sopló las seis velas y rompieron una piñata.

Carla estaba muy feliz y aprendió una nueva lección “que no hay que ser impaciente, es bueno esperar”.

¡Lo pasó genial! Fue su mejor cumpleaños, aunque el día no empezó como ella lo esperaba.

                                                                                                         M. Carmen Llabres, 4º B

El aro mágico

     Hace muchos, muchos años, en una bonita ciudad de la Época Medieval, había dos grandes amigos; uno se llamaba Waldo, y la otra, Jimena. A los dos les encantaba ir a dar grandes paseos por el bosque, y subirse a los hermosos árboles que allí se encontraban.
     Un día fueron juntos al bosque. Mientras iban de camino a la Cascada de los Sueños, Waldo tropezó y estuvo a punto de tirar a Jimena, que iba delante.

-¿Estás bien?-le preguntó Jimena a Waldo.
-No del todo. Creo que me he torcido el tobillo.
-¿Qué es esto?-dijo ella cogiendo algunos objetos del suelo.
Jimena tenía en sus manos, un aro lleno de barro, junto con dos plumas. No se podía saber de qué colores eran.
-¿De quién o qué pueden ser?-dijo Waldo con voz entrecortada, a causa del dolor.
-No tengo ni idea, si quieres que te diga la verdad.-le respondió su amiga-Vámonos a la cascada. Así podré limpiar estas cosas, mientras te echas agua fría en el pie.

-Buena idea.
     Al limpiar las plumas, vieron que eran completamente blancas. No podían ser de ningún pájaro ni animal de la zona. El aro era de color dorado, y formaba un resplandor muy hermoso al ponerlo al sol. A Jimena le daba la impresión de haberlo visto antes, pero no sabía ni donde ni cuando. Waldo empezó a jugar con el aro. Este empezó a brillar, y se puso, como si fuese una corona, en la cabeza de Jimena. Entonces, ella empezó a recordar momentos de su infancia:

"Vio la imagen de un niño de unos ochos años, que le decía :

-Vengo del Reino de las Nubes, un lugar más allá del horizonte."
Notó que alguien le quitaba el aro de la cabeza. Era Waldo.

-¡He empezado a ver un camino cuando se te ha puesto el aro en la cabeza!-dijo Waldo que, cojeando, empezó a empujarle-¡Vamos, vamos!

-Vale, pero no me empujes.-contestó Jimena.
Después de un buen rato andando sin parar, encontraron a una niña de rodillas al lado de otro niño inconsciente.
La niña iba vestida de color celeste, tenía el pelo de un color muy extraño, rubio, con mechas azules, muy liso. De su espalda, salían dos grandes alas de plumas blancas, y sobre su cabeza, flotando, había un aro de color dorado. El niño estaba en la oscuridad y solo se le podían ver unos zapatos marrones.
Jimena se acercó a la niña y le dijo:

-¿Quién eres? ¿Te podemos ayudar?
La niña le miró con sus grandes ojos azules y le respondió:
-Soy Luna, encantada de conocerte Jimena.
-¿Cómo sabes mi nombre?
-Emm, es que soy... un ángel; por eso lo sé. Aunque ¿podrías ayudarme?
-Quizá-respondió Jimena.


       Luna le dijo a los dos amigos que se acercaran, y vieron al niño.

-Hemos sufrido un ataque y ha resultado herido. Ha perdido su aro y sus alas han desaparecido.
-Nosotros tenemos un aro y dos plumas blancas, quizá sean suyas-dijo Waldo mientras le enseñaba al ángel, los objetos que habían encontrado .
       La chica, cogió las plumas, y se las púso en la espalda de su amigo. De repente, salieron dos grandes alas de donde ella había puesto las plumas. El aro voló y volvió a flotar sobre la cabeza del chico, que abrió los ojos de golpe. Jimena volvió a recordar. Aquel chico la había salvado de un horrible dragón que quería llevársela a su guarida.

-¡Gabriel!-dijo Jimena con asombro.
-¿Dónde estoy? ¿Qué hacéis aquí?-contestó el niño desconcertado.
-Gabriel, sé agradecido, te han salvado la vida-dijo Luna.
-Es de noche, deberíamos volver a la casa.-dijo Jimena.
-Si sois huérfanos, podéis venir con nosotros- dijo Gabriel.
-¡Vale!-dijo Waldo antes de que dijese algo Jimena.
Y así, fueron todos al Reino de las Nubes y...
          Bueno, eso ya es otra historia.
                                                        Alba Bonillo López 6º B


jueves, 18 de abril de 2013

Fantasmas en el cole

Erase una vez, un colegio , que estaba al lado de un cementerio donde había fantasmas.
      En el colegio los niños aprendían y se lo pasaban muy bien, pero no sabían en el peligro que estaban.     Los niños iban al colegio por el día y los fantasmas iban por la noche a “aprender”, se estaban preparando para la fiesta del colegio, para asustar a los niños y quedarse con el colegio.
    Un jueves por la noche, a las diez y media todos los fantasmas iban a las clases.     En el colegio el profesor les enseñaba a asustar y el plan para cómo conseguir el colegio.
    El 24 de junio,estaban los niños y los profesores preparando la fiesta para esa noche.
Cuando llegó la noche todos iban súper guapos las niñas con unos vestidos preciosos y los niños con corbatas...
      Los fantasmas estaban preparados para salir y llegó el momento. Todos salieron de las tumbas y fueron corriendo.
     De repente se apagó la musica y hubo un viento muy fuerte.
     Todos se asustaron mucho y entonces cuando todo estaba en silencio los fantasmas salieron a por todos. Todos estaban gritando y corriendo.
    Mientras el jefe de los fantasmas hablaba diciendo que se quedarían con el colegio.
     Hubo unos niños muy listos que fueron corriendo a las clases de química y pensaron que hacer. Los niños eran: Alex, Laura y Tomas.
      Laura cogió unos cuantos botes y Alex y Tomas mezclaron las pociones. Hicieron una poción que acabaría con ellos. Salieron corriendo y Laura dijo:
-¿Nos queréis a nosotros?-
Se fueron corriendo al patio y los fantasmas fueron detrás de ellos.
   Echaron la poción y... no se veía nada, todo estaba con humos de colores ,verdes, naranjas y  amarillos.
    Cuando ya se podía ver, todos los fantasmas desaparecieron. Laura, Alex y Tomas se abrazaron de la alegría y todos los niños y niñas del colegio los felicitaron.
    Al día siguiente estaban arreglando el colegio y los niños ayudaron y luego el alcalde del pueblo fue al colegio buscando a Laura , Alex  y Tomas para hacerles una entrevista y felicitarlos.
Esos niños fueron famosos en ese colegio.



                                                                                           Lucia, 6º A

Trabajo BIEN hecho

   Había una vez un conejo que hacia la mitad de las cosas y todo mal .

 Siempre que los animales necesitaban ayuda él lo hacia mal .

   Un día la zorra le pidió ayuda . Porque al sentarse en una silla se cayó y rompió el asiento.

-¡Ayuda me  por favor, conejo!
-pues claro- chillo el conejo .

Él  arreglo la silla pero fatal,  y cuando se sentó en ella la rompió otra vez .
 
    Un día sin querer se cayó del tejado y se rompió los pantalones .
Se fue a arreglar los pantalones pero como el conejo hacia cosas mal los pantalones también los hizo mal .

     Así el conejo comprendió que el trabajo bien hecho, es muy importante ...

                                                                                                 Yulia K.  , 6º A

En el bosque encantado

Erase  una  vez  unos   estudiantes  de  la  universidad. 

      Quedaron  para  ir  a  la playa. Se  fueron  en  el  coche  de  un padre. Cuando  iban  por  la  autovía  vieron  un bosque  y decidieron  recortar  por  el.

    Fueron por un camino con muchos baches, el coche se resbalo con una roca y el coche se cayó por un barranco y estuvieron apunto de morir. Pero salieron sanos y a salvo.

     Lo bueno es que tenían tiendas de campaña y comida para poder sobre vivir en medio de el bosque.

    Al día siguiente buscaron una salida pero no encontraron ninguna.

   Había tres niñas y tres niños fueron a buscar cada uno algo y no se volvieron a encontraron nunca jamás.
                               ÓLIVER  GUTIERREZ , 6º A                                            

PescaFRITO

 En aquella tienda de animales la mala suerte tenía un nombre: Pescafrito, un pequeño pez famoso porque nunca estaba en el acuario adecuado.

    Cada vez que tocaba reordenar los tanques, Pescafrito acababa por error o descuido en el más peligroso para él. Desde otros tanques tranquilos y seguros, sus primos y hermanos veían divertidos sus desesperadas carreras por evitar ser la merienda de algún grandullón.
    A pesar de su increíble mala suerte, Pescafrito no se desanimaba, y en cada carrera ponía todo su empeño en librarse de nuevo, aunque sintiera el dolor de algún que otro mordisco en sus aletas o el cansancio de nadar entre plantas y rocas a cualquier hora del día o de la noche.
    Así fue sobreviviendo Pescafrito Malasuerte, como todos le llamaban, hasta que un día de reorganización en los acuarios, Pescafrito por fin acabó compartiendo tanque con todos sus primos y hermanos. Pero mientras se juntaban a su alrededor para conocer sus desventuras, un cuidador despistado echó en ese mismo tanque al más grande, hambriento y peligroso de los peces de la tienda.
    Fueron sólo unos minutos, pero el enorme pez no necesitó más para acabar con todos los pececillos... excepto Pescafrito, que acostumbrado a huir de muchos peces a la vez, no tuvo problemas en escapar de uno solo.
    Poco después entró en la tienda un gran experto en acuarios, y al ver a Pescafrito vivo en el mismo tanque que el pez grande no se lo podía creer. Estuvo horas en la tienda, observándolo, viéndolo escapar una y otra vez con su nadar lleno de giros y piruetas y su increíble capacidad para esconderse. No tenía dudas: era un pez único en el mundo, y el experto lo llevó consigo para ser la estrella de todas sus colecciones y acuarios.
     Y Allí Pescafrito vivió feliz con todo tipo de atenciones y cuidados, pensando lo buena que había sido para él su famosísima mala suerte.
                                                                                       Marta Carrillo, 6º A

miércoles, 17 de abril de 2013

Pepa y sus amigos



  Había una vez un niña que se llamaba Pepa.
   Pepa estaba harta de que unos amigos suyos vinieran a molestarle, cuando estaban jugando en la calle con se vecino Juan, con su prima Dolores, su hermano Francisco y con su hermana Mercedes.
   
   Pepa harta de las tres amigas decidió vengarse tirando un pájaro muerto (encontrado en la calle)
y tocarles en la puerta y saliendo corriendo.
    Todo fue bien hasta que las niñas pasaron con sus bicicletas y empezaron a insultar a Pepa y su amigos.
   Pepa enfadada decidió vengarse con la pistola de agua de su vecino pero las niñas salieron corriendo al ir a su casa pepa se encontró con su tía.
Pepa le contó todo a su tía y les regañó. Todo el mes siguiente seguían igual, así que decidieron hablar tranquilamente los sábados en el parque San Pitopato.
 Cuando pasó un mes, hablaron tranquilamente y decidieron no volver a pelear.

 Pero esa paz no duro mucho porque el primo de Francisco se entero de la historia y fue a darle una paliza a esa niñas. Entones las niñas fueron con palos y piedras y empezaron a apalear a Pepa y romperles las ventanas con sus piedras. Entonces Pepa enfurecida le dio una bofetada a la niña mas mayor. Ella mas enfadada que nunca cogió un cuchillo que llevaba en su mochila y cuando estaba apunto de incarselo a Pepa, Francisco le dio un patada en la mano haciendo que se callera  por una alcantarilla.
 Al final las niñas se fueron a sus casa y Pepa y sus amigos fueron a denunciar a esas niñas pero Pepa no quiso hacerlo porque queria solucionar el problema por sus medios. Entonces fueron a la casa de las niñas icieron las paces y nunca mas se volvieron a pelearse.

                                                                                                     David Pérez, 6º A



El viaje fantástico


       Habia una vez la ciudad de Granada, donde vivía una familia que era rica y estaban planeando viajar a Barcelona para ver La Sagrada Familia.
  Al niño le daban miedo los aviones pero de todas formas fue, (claro, antes se había tomado una tila) La gente estaba impaciente para montarse en el avión y ellos también, porque querían  viajar a Barcelona.
      La azafata los dejo pasar y los sentó donde debían , guardaron las maletas arriba del todo y el niño se quedó dormido. A la madre le tocó en el sitio de la ventana y todo el rato estaba mirándola pero siempre veía casas pequeñas y el cielo, el padre que se estaba en el otro lado estaba con un libro de catalán para aprender el idioma y poder comunicarse. Pero cuando llegaron todo era diferente se les olvidó lo mas importante haber contratado un ¡ HOTEL! ahora se quedarían buscando hoteles para pasar la semana entera pero no encontraban un hotel. Al final encontraron un hotel abandonado con las puertas abiertas, entraron y vieron al dependiente que estaba hablando solo. La madre le preguntó:
-¿Nos podemos quedar aquí?.
El dependiente les dijo.
-Si, pueden coger la habitación que quieran, son algunas cómodas y otras están llenas de ratas os aconsejaría que cojáis el piso numero 4 que ahí no hay ratas. Cogimos el ascensor y la primera habitación fue la nuestra. Era cómoda pero muy fea, salieron a dar una vuelta para ver Barcelona.
    Al andar por la calle para entrar a La Sagrada Familia, a la madre del niño le robaron el bolso y se puso muy cabreada, fueron corriendo a una comisaría, (ellos no sabían que eso no era una comisaría sino que era donde vivía el ladrón) le dijeron:
-Señor me han robado el bolso que pueden hacer ustedes.
Ellos dijeron:
-Lo único que  haremos es secuestraros porque no somos policías somos los ladrones mas temidos de toda Barcelona.
     La familia estaba atemorizada porque les habían secuestrado y no sabían que hacer, pensaban que iban a morir, los ladrones dijeron:
-Vamos a pedir un rescate a todo la ciudad para que os saquen y os dejaremos en paz, pero cuando nos den nuestros novecientos mil euros.
El rescate se extendió por toda la ciudad de Barcelona hasta enterarse el alcalde y reunió a todas las personas, excepto ladrones,  y les dijo:
-Señoras y señores, unos visitantes que venían de Granada han sido atracados al llegar a Barcelona por los ladrones mas temidos de aquí y piden un rescate de novecientos mil euros,  hay que salvarles, cada uno debe de poner de su parte.
La gente le dijo al alcalde:
-Es verdad hay que ayudarles porque que vengan aquí y sean secuestrados no les gustará mucho, nosotros pondremos cada uno dinero para el rescate.
El alcalde dijo:
Me parece bien ayudarle así que ¡manos a la obra!.
     Empezaron a recaudar dinero y consiguieron doscientos mil euros entre algunas personas, se lo pidieron  a personas ricas y con dinero. El alcalde recaudo cuatrocientos mil euros. La iglesia cogió doscientos mil euros también, de los donativos de los feligreses. 
   El alcalde reunió a la gente y les dijo:
-Con el dinero que hemos recaudado que es doscientos mil euros mas cuatrocientos mil euros mas doscientos mil euros hacen un total de ochocientos mil euros en resumidas cuentas nos faltan cien mil euros y los podemos sacar,  muy fácil de otros pueblos que se han  interesado y nos han dado cien mil euros. Llamamos a esos ladrones y le decimos que los suelten que ya tenemos el dinero.

     Llamó a los ladrones y soltaron a la familia y le dieron los novecientos mil euros. La familia estaba muy agradecida por todo lo que habían hecho por ellos. Pero era la hora de marcharse cogieron el avión y volvieron a Granada y allí vivieron felices.

                                                                          Jesús Huertas, 6º A

El mejor futbolista


     Erase una vez un chico llamado Juan Antonio que le gustaba el fútbol pero no podía cumplir su sueño, por que tenia que acabar los estudios.
Juan Antonio era un chico que no era muy bueno en el fútbol.

   Su padre y su madre no le daban muchos ánimos a su hijo, porque el trabajo de la familia durante décadas era el de recoger las aceitunas. A él le encantaba hacer eso porque le gustaba ver a los mayores con la maquina mover las ramas y ver caer esas aceitunas moradas o verdes para el aceite.

  Cuando Juan Antonio cumplió 20 años entró en el fútbol pero sus padre ya no le hablaban. Por eso mismo se iban a arrepentir en toda su vida.

    Sus padre creían que no llegaría tan lejos como el REAL MADRID o el BARCELONA pero cuando llevaba cuatro años en el fútbol y ya estaba en la liga inglesa con un equipo bastante bueno, los padres se estaban arrepintiendo de lo que habían hecho. Y Juan Antonio les dijo:
-Vosotros no me habéis apoyado antes ¿así que ahora qué debería hacer yo?
-Hijo lo sentimos mucho, de verdad- dijo la madre de Juan Antonio.
-Eso te lo prometemos hijo.
Como Juan Antonio era tan buena persona les perdonó y sus padre le apoyaron hasta donde llegara, tres años después sufrió un lesión después de una terrible patada en el tobillo. Le dijeron que estaría dos meses sin jugar. Viendo el entrenador que Juan Antonio era ficha clave del equipo decidió sacarlo inmediatamente en cuanto se recuperó.

    El fútbol era cada vez más equilibrado y en dos temporadas con el mismo equipo marco 59 goles y el REAL MADRID se estaba empezando a interesar por el. Dos meses después firmo el contrato, y Juan Antonio ya estaba en el REAL MADRID. Llego a ser uno de los mejores jugadores del mundo con muchos goles, en concreto con 145 goles y 18 años después se tuvo que retirar del fútbol e hicieron un partido de despedida, y en ese partido marco muchos goles, y todos los aficionados a este equipo se desilusionaron mucho al ver que su gran jugador Juan Antonio se iba del REAL MADRID siempre se quedaron con esa imagen suya.
                                                                    J. Antonio Cruz, 6º A

Concurso de Belleza

       En un precioso jardín vivía la mariposa más bonita del mundo. Era tan bonita y había ganado tantos concursos de belleza, que se había vuelto vanidosa. Tanto que un día, una cucaracha lista se hartó de sus pavoneos y decidió darle una lección.

     Fue a ver a la mariposa, y delante de todos le dijo que no era tan bonita, que si ganaba los concursos era porque los jurados estaban comprados, y que todos sabían que la cucaracha era más bella. Entonces la mariposa se enfureció, y entre risas y desprecios le dijo a tí te gano un concurso con el jurado que quieras."Vale, acepto, nos vemos el sábado", respondió la cucaracha sin darle tiempo.

     Ese sábado todos fueron a ver el concurso, y la mariposa iba confiada hasta que vio quiénes formaban el jurado: cucarachas, lombrices, escarabajos y chinches. Todos ellos preferían el aspecto rastrero y el mal olor de la cucaracha, que ganó el concurso claramente, dejando a la mariposa tan llorosa y humillada, que nunca más volvió a participar en un concurso de belleza.

       Por suerte, la cucaracha perdonó a la mariposa su vanidad y se hicieron amigas, y algún tiempo después la mariposa ganó el premio a la humildad.

                                                                                                    Andrea, 6º A

sábado, 13 de abril de 2013

Anécdota inolvidable


     Yo tenía 4 años por ese entonces.

  Había una canción de moda que me gustaba, y un día mis padres fueron de Granada a Baeza y salimos una noche con mis titos.

  Fuimos a una cafetería sonó la canción “Antes muerta que sencilla” y yo me puse en medio y empezé a bailar. Movía la cabeza, las manos y hacía todos los movimientos que la cantante hacía en el vídeo.

  Dice mi madre que llamé la atención de la gente de alrededor  y al final  de la canción me aplaudieron y dice mi madre que fue una anécdota   inolvidable.


                                                                                                        Verónica Rojas, 5º A

Viaje al centro de la Tierra


      Un día de primavera pensé ir a la montaña misteriosa en mi moto. Prepare comida, agua y un botiquín, un saco de dormir, mi linterna que no necesita pilas y mi cámara de fotos.
        Al amanecer comencé mi viaje,. Cuando llegué a la montaña aparqué mi moto a la entrada de una cueva oscura y escalofriante, cogí mi mochila con todas mis cosas y entré.
     Descubrí rocas extrañas que parecían brillar en la oscuridad, de formas extrañas, un lago de aguas cristalinas y al fondo había un pasadizo secreto que me llevo a un lugar desconocido pero maravilloso. Pensé que estaba en el centro de la Tierra.  Hice muchas fotos. En la cueva había también murciélagos y se oían ruidos extraños, pero como no tenía miedo me quede allí a dormir.
      Al día siguiente, cuando salió el sol, había mucha luz en la cueva y se veía brillante y bonita y no daba ningún miedo. Salí y cogí mi moto y volví a casa para enseñarles a todos mis amigos y a mi familia las fotos que había hecho y mostrarles el camino a mi cueva maravillosa.
     El próximo viaje a la cueva maravillosa será con todos mis amigos y amigas.

                                                                                              Javier García Delgado 4ºB